LA ANSIEDAD COMO TRASTORNO EN UN CENTRO ESCOLAR

En esta entrada plantearé el caso hipotético de que en un centro escolar se encontrase algún alumno que padeciera de algún trastorno mental y quién debería conocer esta información dentro del centro. Los trastornos mentales son alteraciones que afectan a procesos psicológicos básicos como son la emoción, la motivación, la conducta o la percepción. Algunos trastornos mentales podrían ser la esquizofrenia, el autismo, el alzheimer... Entre estos trastornos querría destacar la ansiedad, pues considero que aunque se encuentra entre una de las patologías más comunes de nuestros tiempos, tiene muy poca visibilidad y en ciertos casos, el hecho de desconocer información de esta provoca su aparición.
Para todos aquellos que desconocen esta palabra, la ansiedad es una reacción que provoca la mejora del rendimiento y la capacidad de anticipación y respuesta en el individuo que la padece. Este mecanismo es esencial para escapar de amenazas. Sin embargo, el problema de esta aparece cuando el individuo es incapaz de manejarla y supone una intervención en su vida cotidiana.La ansiedad puede aparecer por factores predisposicionales (biológicos, personalidad y ambientales), por procesos desencadenantes (drogas o acontecimientos) o de mantenimiento (fobias o "miedo al miedo").
Nuestro individuo para nuestro caso hipotético padece ansiedad. Como consecuencia, sufrirá la sintomatología propia desde el estado nervioso constante pasando por el pánico, el aumento del ritmo cardíaco y la hiperventilación, sudores, temblores, cansancio e insomnio hasta los pensamientos obsesivos que solo servirán como retroalimento. Como podéis observar, es un estado difícil de sobrellevar y por ello considero que tanto profesores como alumnos deben conocer el estado del sujeto.
No obstante, negaría totalmente el compartir la información, si el alumno no quiere que se sepa. También consideraría que si el alumno es menor de edad, la responsabilidad recae en los padres del alumno y entonces serían estos los que deberían decidir lo mejor para su hijo. En resumidas cuentas, el alumno no está obligado a informar al centro a no ser que lo desee.
Pero desde mi punto de vista, si yo fuese el alumno querría comunicárselo a la gente de mi entorno cerrado en el instituto. De esta forma, y sin comprometer la intimidad, el alumno se podría sentir más seguro y capacitado a superar los obstáculos que afronta constantemente. Por ejemplo, si el alumno sufriese de un ataque de pánico, tener la libertad de abandonar el aula y tener las atenciones correspondientes. Con el conocimiento del resto del alumnado, que entiende la situación, puede normalizarla hasta el punto de que la atención de la clase no se desvíe más de lo debido y puede ayudar al compañero a sentirse acompañado o a sobrellevar momentos que puedan angustiarle (como los estudios). Esto también tiene otras beneficios como serían la unión entre los compañeros y la mejora en el bienestar y la tranquilidad de aquel que sufre el trastorno.
Por lo que, en pocas palabras, considero que al ser un trastorno de ansiedad, desde un caso ajeno se debe tener en cuenta la opinión de la familia y desde un punto de vista personal, tanto como profesores como alumnos deberían de saber el estado del alumno que sufre el trastorno mental porque considero que sea beneficioso.

Comentarios

Entradas populares de este blog

OPINIÓN PERSONAL SOBRE LA TEORIA FREUDIANA

¿POR QUÉ PERCIBIMOS COMO PERCIBIMOS?